lunes, 3 de octubre de 2011

Geopolítica: cuentos o verdades

La geopolítica mundial está cambiando en cuanto a la estrategia y los métodos de dominación. La manera de hacer negocios diferencia a los distintos imperios en su multipolaridad distinguiendo entre los más agresivos y estratégicos comunicacionalmente, hasta los más discretos. Y en estos negocios los países pequeños y con ellos la clase trabajadora y campesina del mundo están a la merced (como peones o carne de cañón) en el tablero de ajedrez de la geopolítica mundial.
El mundo aprecia con estupor el manejo financiero de Bancos y Entes de Inversión que ponen en quiebra a trabajadores (como en Estados Unidos) y a países. Algunos de estos países se presentan como vitrina para el mundo de lo que es capaz el imperio (como es el caso de Grecia) y a otros se les somete a fuerza de terrorismo financiero, alineándolos a la política imperial de concentración de capital, como es el caso de España, Italia, Irlanda, y Portugal en Europa.
En el Norte de África y en el Medio Oriente la estrategia de la mancomunidad de imperios occidentales colonialista, ha cambiado como también sus métodos. La estrategia imperial cuenta al menos con cuatro vértices: en primer lugar, se pretende salir de las dictaduras occidentales como las de Egipto y Túnez para dar paso a las democracias liberales. Valiéndose para ello de poderosas contradicciones de clase que existen en el seno de estas sociedades. En segundo lugar, se pretende romper y fraccionar el arabismo; así como, profundizar las diferencias religiosas dentro y fuera del islamismo. Un ejemplo es la invasión a Libia y los ataques a Siria. En tercer lugar, encontramos la redefinición del papel del sionismo en el medio oriente. La contradicción árabe- sionista que tantos beneficios trajo para los imperios de occidente, en materia de recursos naturales y comercio, ya no resulta conveniente para la estrategia de un “nuevo medio oriente” sembrado de democracias liberales. El grado de tolerancia del imperio norteamericano ante el policía Israelí se reduce y la estrategia del imperio le impone al Sionismo ceder su protagonismo en pos de la construcción del modelo liberal. A esto responde es el cambio táctico del imperio en el caso Palestino. En cuarto lugar, la política de dividir y vencer impondrá un mercado común para el mundo árabe e islámico, dirigido por los imperios occidentales, en una suerte de condominio colonial; donde los imperios orientales participen como socios comerciales.
Dentro del sueño imperial de un “nuevo medio oriente” las democracias liberales serán de dos partidos. Ambos plegados a la construcción de una burguesía fiel al imperio, que sólo se diferencien por el nombre.
Pero, y el Pueblo, la clase trabajadora, el panarabismo y el islamismo, qué? Para nosotros la respuesta no es otra que la resistencia, la conciencia, la construcción organizativa y el socialismo. Este es el gran reto frente al caos imperial que quiere arrancar, no sólo la riqueza sino la identidad a los pueblos árabes e islámicos del mundo.

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